Due diligence más allá del checklist: detectar lo que realmente importa

La due diligence ya no puede limitarse a revisar papeles. En entornos cada vez más complejos y con operaciones donde el riesgo reputacional, fiscal o tecnológico puede cambiar el rumbo de una empresa, lo importante no siempre está en lo evidente.

Hacer una buena due diligence implica mirar con lupa lo que no está en los informes. Detectar incoherencias, patrones, áreas grises. Analizar cómo se comportan los números en contexto. Ver si hay cultura de control o de improvisación. Evaluar cómo se relaciona la empresa con su entorno: clientes, proveedores, personas clave.

Una revisión financiera exhaustiva es solo el punto de partida. La due diligence fiscal, laboral, tecnológica o ESG se ha convertido en imprescindible. Por ejemplo, identificar pasivos ocultos en materia de contratación, o estructuras fiscales que puedan generar conflictos a futuro. También lo es analizar si los sistemas informáticos pueden escalar con el negocio, o si existen vulnerabilidades que comprometen la continuidad.

En Wipro abordamos la due diligence con un enfoque 360°, alineado con el propósito de la operación. Si el comprador quiere crecer por adquisición, buscamos riesgos que puedan frenar ese crecimiento. Si se trata de integrar culturas empresariales, detectamos posibles puntos de fricción. Si el objetivo es atraer inversión, validamos la consistencia del relato corporativo frente a los datos reales.

Esta aproximación no solo protege a quien compra: también ayuda a preparar mejor la venta. Una empresa que ha hecho bien sus deberes transmite confianza, solidez y profesionalidad.

La diferencia entre una due diligence correcta y una excelente está en el criterio. No se trata de comprobar si hay un contrato firmado, sino de entender si ese contrato compromete el futuro. No basta con listar riesgos: hay que traducirlos en decisiones.

Nuestro trabajo no es hacer un informe, es hacer que ese informe sea útil. Que sirva para negociar mejor, tomar decisiones con conocimiento y cerrar operaciones con tranquilidad.

La due diligence es una herramienta de negocio. Y como tal, hay que usarla con visión.

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